El Maestro: Sathya Sai Baba

Este proyecto educativo ha sido inspirado en profundidad por grandes filósofos de la historia europea, tales como Sócrates/ Platón, Kant, Rousseau, Hegel, etc., por otros eminentes pedagogos europeos tales como R. Steiner y M. Montessori, y también por la larga y maravillosa historia de la filosofía india y budista, con sus magníficas instituciones pedagógicas, el Gurukula y el Sangha, y sus grandes sabios de la época moderna (Vivekananda, Tagore, Aurobindo, Krishnamurti, etc).

Pero hay una inspiración aún más directa: el gran maestro espiritual de la India contemporánea, Sathya Sai Baba, quien, de hecho, pidió al autor de elaborar el proyecto, asegurándole que un día se plasmaría en la práctica con una escuela modelo en la India del sur y otras escuelas posteriormente. 

Sathya Sai Baba fue la manifestación en este mundo de algo suprahumano y supraterreno, llamémoslo Dios si queremos; el autor tuvo la experiencia personal de esta realidad –como otros seres humanos, desde individuos de origen humilde hasta primeros ministros y presidentes de la India, grandes empresarios, banqueros, científicos y académicos-. 

Sathya Sai Baba dejo el cuerpo hace pocos años tras una trayectoria de ocho décadas durante las cuales instruyó la obra social realizada por agentes privados más imponente de toda la historia moderna –incluyendo un sistema de agua potable de cientos de Km, hospitales, universidades, más de 150 escuelas por todo el mundo, servicios fundamentales para las zonas rurales y los más necesitados, incluso reconstrucción de viviendas tras catástrofes naturales-. 

Sathya Sai Baba también realizó un sinfín de auténticos milagros dignos de los Evangelios, que ponían de manifiesto que no era, evidentemente, un ser humano ordinario y, menos aun, el ego típico que critica a todo el mundo menos sus propias limitaciones. 

Pero lo más importante fueron sus enseñanzas extraordinarias, aunque él mismo dijera siempre que no inventaba nada nuevo sino que venía a recordar lo que ya habían dicho Jesús, Buddha, Krishna, etc.

Su grandioso legado se resume en una palabra: transformación –de la consciencia humana desde el estado egoico y conflictivo actual hacia aquella unidad cósmica, aquel amor divino, aquel gozo que no tiene causa, aquella luz que disipa la oscuridad y lo inunda todo de bondad, belleza y verdad-.

El legado esta aquí entre nosotros –junto con Jesús, Buddha, Krishna y todos los maestros, santos, místicos y sabios de todas las culturas y tradiciones-; porque tal como siempre dijera nuestro amado Maestro, hay una sola religión, la del amor, una sola casta, la de la humanidad, y un solo Dios –o Realidad última-.

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