Según el maestro espiritual de la India, el sistema escolar moderno (que los británicos impusieron en la India) ensena a los niños y adolescentes a ir en pos de dinero y poder como el conjunto de la sociedad, de la cual el sistema escolar es evidentemente un reflejo. En este utilitarismo sin valores y en última instancia inmoral, la educación se reduce a un árido conocimiento libresco.
El maestro reconoce que la ciencia y la tecnología son necesarias para que el ser humano disponga de un confort material en este mundo. La tragedia moderna consiste en haber confundido el instrumento con el fin en si mismo.
El maestro concluye:
“Este mundo es un desastre lamentable debido a la ausencia de valores humanos.”
Son los valores humanos –como la paz, la compasión, y el más fundamental de todos ellos, el amor- lo que confiere a la educación su finalidad última. Y esto no es sino la esencia misma de la espiritualidad. En palabras del maestro:
“Es la espiritualidad lo que otorga a la educación su excelencia verdadera.”
“La educación sin espiritualidad es completamente inútil.”
¿Se ha reflexionado a nivel colectivo sobre el siguiente hecho?
Los guardianes de los campos de exterminio del III Reich tenían diplomas universitarios, algunos tocaban incluso el piano. ¿Para qué?
¡Cuantos gerentes de multinacionales con MBA participan ciegamente en la devastación del planeta y en la explotación de sus semejantes! Nada ha cambiado todavía, ni el ego, ni la ceguera humana.